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Hace tan solo unos minutos, Katy Perry lanzó su esperado nuevo single, "Never Worn White", acompañado de un precioso videoclip donde, de paso, reveló estar embarazada de su primer hijo... y el segundo de su pareja durante cuatro años, el actor Orlando Bloom.

Efectivamente, se trata de una hermosa balada, sencilla, sin demasiados arreglos y con una letra que no teme hacer referencia al lado incierto del amor - muy al estilo de su autora (ejem: "Not Like The Movies")- en la que Katy asume el papel de una mujer entusiasmada por darle el sí al hombre de sus sueños, aquel por el que su madre "rezaba", tal y como dice su letra, a fin de que logre hacer feliz a su adorada hija.

Curiosamente, y ya pasando al plano real de la historia, puesto que algo de sus emociones actuales ha de haber plasmado la cantante en esta su nueva canción, en la vida de Katy ya ha habido un matrimonio: con el humorista Russell Brand, en 2010, cuando ella tenía 26; y él, 35. Corrían los tiempos de la era dorada en la trayectoria de la artista, posterior al lanzamiento de su disco más exitoso hasta la fecha, "Teenage Dream", y con "California Gurls" y el single homónimo conquistando las radios de Norteamérica y el mundo. En fin... Nada de dramático tuvo el final del matrimonio de estas dos celebridades allá por 2012. Se dice incluso que Katy firmó su acta de divorcio con un corazón y una carita sonriente, dando a entender que ambos seguirían unidos para siempre por una legítima amistad.

Ya volviendo al tema de "Never Worn White", nos toca hablar del vídeo. En realidad, no hay mucho que resaltar acerca de él salvo que seguramente entrará en la videografía de Katy como algo bonito, sin un ENORME valor estético, pero lo suficientemente "cute" mediante el cual Katy nos anunció un embarazo que había estado postergando desde hace muchos años por no sentirse ni emocional ni físicamente preparada, pero que al fin es toda una realidad. Enhorabuena.