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La muerte del gran Leonard Cohen ha logrado remover los frágiles cimientos sobre los cuales yacen el espíritu sensible de Lana Del Rey, una especie de ninfa dotada de mortalidad que, a decir de sus propias palabras, con ningún músico se sintió más familiarizada como lo hizo con el ahora extinto autor de "Hallelujah".

En una nota de despedida escrita y difundida por Lana mediante sus redes sociales, resulta evidente que el pesar que alberga su alma por el fallecimiento de Cohen, su héroe, es bastante real, permanente, sincero. Se le ha ido, pues, el hombre que, dice ella, "me cambió", más que Dylan, más que Joan.

"Mentiría si dijese que no me rompió el corazón el no haberte dicho cuánto me cambiaste. No es que te hubiese importado, es solo que otro además de Bob y Joan, tú fuiste la única persona que de veras sentí que hablaba mi lenguaje. Te amo como lo haría un verdadero fan y siempre busqué un poco de ti en mis futuros amigos. Dios te bendiga".