BEYONCE

No cabe duda de que la maternidad ha hecho de Beyoncé una mejor persona, y por qué no decirlo, una mejor artista de quien suponíamos haber visto su mayor etapa de auge allá en 2009, pero que hoy nos sorprende al manifestar con cada poro, hebra y movimiento de su cuerpo las enormes ganas que tiene por realizar un cambio positivo dentro de la industria. Fue durante la proyección de su último disco llevada a cabo el pasado fin de semana en la ciudad de Nueva York que esto nos quedó claro, cuando, con motivo de un Q&A online con sus fanáticos vía Instagram, respondió algunas preguntas en torno a "Beyoncé", proyecto del que dice sentirse muy orgullosa, en especial, por ser básicamente una idea suya (la del álbum visual) siendo este lanzado a través de su propia compañía. Vamos, que se siente orgullosa de sus dotes como empresaria y artista, ambiciones totalmente justificables que dice haber adquirido de la propia Madonna.

"No iba a permitir que nadie me colocase a la sombra de alguien más. Sentí que era momento de hacerlo y lo hice", afirma el talento hecho mujer.

Por supuesto, que hubo también cierta dosis de emotividad en el discurso de Beyoncé, en especial, cuando uno de sus fanáticos le propuso hablar acerca de cómo se sintió los minutos previos al desencadenamiento de su disco. Los ojos de la cantante se tornaron brillosos, rastro inconfundible del terror que sintió dada la forma en que este fue lanzado (el éxito o el fracaso ciertamente la esperaban a la vuelta de la esquina), mezclado con un orgullo que era imposible seguir manteniendo encerrado en un poco más de metro y medio de estatura. "Estaba realmente nerviosa dado que representaba un riesgo enorme. Cuando lo vi llegar, grité, reí, ya saben, me mantuve a la espera del primer comentario en iTunes. Al día siguiente, estaba como...", acto seguido, la siempre adorable intérprete empezó a bailar con una sonrisa enorme en el rostro que dejaba entrever la felicidad inmensurable que recibió a raíz del éxito de Beyoncé a pocas horas de su lanzamiento, al mismo tiempo que el público, cosa previsible, la aplaudía con total regocijo.