Kelly Rowland estrena hoy, no un simple tema más de su nuevo disco "Talk a Good Game" (18 de junio), sino un testimonio lírico de lo que tuvo que atravesar post-periodo de separación de su antigua agrupación, Destiny's Child, la misma con la cual conquistó el mundo del R&B y la música en general a principios de milenio en compañía de Beyoncé y Michelle Williams.
"Dirty Laundry", título que recibe esta nueva entrega de la cantante de 32 años, cuenta paso a paso a manera de conversación de a dos cómo fue que luego de deshecha la alianza que mantenía juntas a las Destiny's Child hace ya más de una década, Kelly instantáneamente pasó a vivir uno de los periodos más tristes y desencadenantes de su vida. Un romance que giraba en torno al maltrato y la constante intriga que causaba en ella un ex-novio suyo el cual no sólo la hundió en la más grande de las depresiones, sino que para hacer aún más de su vida un infierno la puso en contra de todos aquellos quienes la querían, y convirtió su aprecio por Beyoncé, en un profundo sentimiento de rencor y envidia como resultado de su cada vez más creciente éxito que felizmente ha ido desapareciendo con el pasar de los años.
"Cuando mi hermana estaba sobre el escenario, haciéndolo como sólo lo hacen las grandes, yo sentía rabia, una sensación propia de una persona mala. Ambas tomamos diferentes caminos, sin embargo estaba feliz por ella. Agridulce, ella estaba en lo alto, yo en lo bajo. No voy a mentirles, me siento bien por ella, pero ¿qué será de mí ahora?", reza Kelly.
Luego de que este hombre (si es que se le puede llamar así) le hizo creer que “Nadie te ama, sólo yo. Ni tu mamá, ni tu papá, ni mucho menos Bey”, Kelly empezó a creer en sus palabras y a preguntarse, de salir al frente, “¿A quién diablos le interesaría escucharme?”. Es por eso que a mitad de la canción nos sorprende a nosotros, los oyentes, cuando nos dice con total verdad y en toda la cara, “Ustedes no conocen ni la mitad de esta industria”.
Una letra que difícilmente podremos olvidar, pero por la cual estamos seguros muchos empezarán a valorar más a Kelly. ¡Valiente, mujer!