El sábado pasado, Madonna estuvo como invitada especial de la ceremonia GLAAD Awards 2013, cumpliendo su principal objetivo: homenajear la labor de un hombre que a lo largo de los últimos años se ha mostrado como uno de los más grandes defensores de la comunidad LGTB en Estados Unidos, el periodista de la CNN, Anderson Cooper.
Ella, entre bromas y palabras algo subiditas de tono, dijo apoyar en todo momento el rol que actualmente juega el afamado hombre de noticias en el ambiente gay de su tierra natal, y que sobre todo, estaba en contra de todo tipo de discriminación hacia personas que aman a otras de su mismo sexo, lo cual considera, es igual de estúpido e innecesario que separar a un individuo de raza blanca de otro de raza negra. Madonna optó además por recordarle al mundo las injusticias que se han venido sucediendo últimamente en contra de la libertad de expresión tanto política como social, entre ellas, la muy sonada encarcelación de las integrantes de la agrupación rusa Pussy Riot, el hecho de que cuatro fanáticos suyos abiertamente gays hayan sido arrestados antes y después de su concierto en San Petersburgo en agosto pasado, y que, desde luego, se encuentre lidiando una batalla legal por un millón de dólares con el gobierno de Rusia por haberse declarado ferviente impulsadora de la libertad de los gays durante su paso por el país antes mencionado.
Ya encima del escenario, Cooper aprovechó su cercanía a la cantante para estamparle un sonoro beso en la boca. Anderson se dio tiempo además para agradecerle que por medio de su vertiginosa carrera haya defendido desde hace más de 25 años la libertad de expresión de los gays, no sólo en Estados Unidos de Norteamerica, sino en el mundo entero.
Madonna dejó claro en todo momento que repudiaba la sola idea de imaginarse a un adolescente siendo discriminado por ser homosexual, que admira a Cooper hasta los huesos y que considera todos somos iguales ante los ojos de Dios, de quien jura, no debería utilizarse Su nombre o religión para "justificar actos de violencia que hieren, generan odio y discriminan". El vídeo, a continuación:
A propósito de Madonna disfrazada de boy scout, la propia cantante ha enfatizado en todo momento que su único propósito al haber acudido a la gala de los GLAAD con tan singular vestimenta, fue el hecho de querer manifestar su total desacuerdo con la política discriminatoria que prohibe la permanencia de individuos homosexuales dentro del movimiento de boy scouts estadounidense. Esta política ya cobró su primera víctima (al menos, la más conocida). Se trata de Jennifer Tyrrell, jefe scout que en abril pasado fue excluida de la corporación por ser lesbiana y que pese a la solicitud de 300 mil personas que a través de sus firmas pidieron que dicha ley fuese sea eliminada y Jennifer devuelta a su antiguo cargo, continúa hasta el día de hoy inactiva y teniendo que soportar como en lugar de ver esta ley disiparse, va tomando mayor fuerza con el pasar de los días.
"He tenido muchísimas bendiciones a lo largo de mi vida, y ser gay, desde luego, ha sido una de ellas." dijo Cooper.