Una de las re-ediciones más aguardadas del año no podía colarse cual chorro de agua entre nuestros dedos. Aquí nuestra crítica canción a canción del álbum "Born To Die: The Paradise Edition" de la única e incomparable, Lana del Rey.
"Ride"
El inicio del álbum llega marcado de melancolía, sello propio de la cantante nacida neoyorquina que a sus 26 años ha tomado a la industria por sorpresa al convertirse en la primera artista mujer en sobrepasar la plataforma mediática y hacer de su primer disco, "Born To Die", el debut más grande para una recién llegada en territorio estadounidense. "Ride" es un viaje en el tiempo capaz de conmover a más de uno por lo frágil de su composición y delicadeza interpretativa. En lo personal, pienso que es una de las mejores piezas musicales jamás hechas por Del Rey - al lado de "Born To Die". Posee calidad y el infaltable background de voces melódicas, que al lado del compás de los violines y del enorme plus de un video muy bien montado lo convierten en algo digno de no ser nunca olvidado.
"American"
El segundo tema de "Paradise" es la versión 2.0 del afamado "National Anthem", ambos habiendo sido trabajados para ensalsar al siempre notable pueblo norteamericano. No hay mucho que decir con respecto al tema excepto que termina por expirar el último aliento de orgullo que abriga Lana por haber nacido en el mismo lugar que Springsteen y Presley.
"Cola"
El tema llamado a convertirse en el segundo sencillo del álbum desfila entre lo puramente santo (el amor) y el pecado (traición) porque mientras la parejita conformada por Lana y su novio de turno se profesan amor, la esposa de este espera en casa firme como siempre al pie del umbral. En una reciente entrevista, Lana contó haberse inspirado en su actual novio para componer aquella frase en la que recita "Mi vagina sabe a Pepsi Cola" disque porque el una vez se lo dijo ¿Era necesaria tal comparación en una canción en la que además Lana menciona a su padre?
"Body Electric"
Tétrica y al parecer sacada de contexto en un álbum en el que Del Rey enlista a sus ídolos más famosos, llámense: Elvis Presley, Jesús de Nazaret y el fantasma de la siempre invocada Marilyn Monroe. Letra desconcertante y piano, mucho piano, además de violín.
"Blue Velvet"
En el momento justo en el que el disco da muestras de estar perdiendo interés, surge "Blue Velvet" en una versión renovada del tema originalmente escrito para el grupo The Clovers, e interpretado además por Tony Bennett y Bobby Vinton. Este último logró posicionar el tema en la cima del ránking Billboard Hot 100 allá por el año 1962. Debido a la tremenda acogida, "Blue Velvet" de Vinton pasaría a ser lo que hoy en día todos recuerdan. Lana lo interpreta de manera brillante y eso es algo que no muchas artistas podrían.
"Gods & Monster"
La inmaculada concepción de Lizzy llega disfrazada de inocencia fingida. Uno de aquellos temas en los cuales Lana consigue domar a la bestia y su voz se fusiona a la perfección con la música de fondo. Letra preciosa y fatalista que enrolla entre sus versos la profunda pena de verse atrapada en un mundo en el que apesar de luchar por mantenerse siempre pura y fuerte a la vez, la dependencia con relación a alguien a quien se acude por necesidad puede resultar satisfactoria en un inicio pero nunca terminará por hacerte olvidar de donde vienes, cual es tu pecado y naturaleza causante y el lugar donde has de terminar. Como diría Madonna en "It's So Cool": "Save your soul, it's all a test. Save your soul, it's for the best..."
"Yayo"
Quizá el tema menos atrayente del álbum, básica y simple, muy acorde con el mensaje y propósito del álbum. Es bonita y bastante intimista, con la cualidad de mantener al oyente a la espera de algo mejor mientras su mente dibaga entre reproducciones de paisajes tristes en completo contraste con la imagen de una mujer feliz a pocos días de su boda.
"Bel Air"
Un gran soporte musical y vocal por parte de Lana. No sabemos a que se refiere con Bel Air o cual ha sido su propósito aunque algunos sugieren que está basada en la popular serie protagonizada por Will Smith en sus años mozos. Cautivadora es, quizá su único punto debil sea el no ofrecer nada que no haya ofrecido ya cualquiera de sus demás antecesores.
"Burning Desire"
El disco finaliza con "Deseo en Llamas" ¡Valla que las letras son siempre las mismas! Aún así, y aunque resulte agotador escuchar a Lana hablar siempre de lo mismo, el tema gusta.
En resumen, si "Born To Die" significó la muerte en Lana, "The Paradise Edition" es entonces lo que le sigue: un retorno espiritual a las aspiraciones post-mortem de la artista que en varias ocasiones ha manifestado enormes deseos por hacer de su vida un arte para poder así, luego de su muerte, mantener viva la llama de su existencia tal y como varias décadas atrás lo hiciese la mismísima Marilyn Monroe. Al ser un disco complementario, "Paradise" debería ser tomando como justamente eso. No es nada del otro mundo pero no por eso es mediocre. Al final del día, la cantante cumplió con su tarea: dar vida a un disco que alimente el mito de Lana del Rey, de su imagen, de su peculiar manera de hacer música y sobretodo de su admirable sutileza para mantenerse siempre alejada del lado más oscuro y a la vez rentable de la fama sin por eso tener que desfallecer en el olvido ante los ojos de quienes una vez la vieron brillar con luz propia.