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El paso de Katy Perry por Taiwán con motivo de su millonaria gira "Prismatic Tour" no pudo haber sido más accidentado, esto, tras haber sido difundidas vía internet las acusaciones vertidas por cierto número de los asistentes a su concierto los cuales declararon haberse sentido ofendidos en su honor como taiwaneses luego de que la artista no tuviera reparo alguno en lucir la bandera de dicha nación a modo de capa. Evidentemente, este hecho no habría cobrado la importancia que se le atribuye de no haber sido porque justamente en dicho lugar el conflicto entre China y Taiwán se mantiene aún fresco debido a que para algunos taiwaneses el problema limítrofe entre ambas naciones no ha quedado del todo zanjado. En resumen, existe entre compatriotas un problema de identidad capaz de espantar a propios y extraños. Lamentablemente, Katy no hizo más que pagar los platos rotos de otros.

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