MICHAEL JACKSON

Hoy recordamos con nostalgia aquel fatídico día en el que trágicamente la industria musical perdió a su más grande representante a causa de un paro cardio-respiratorio fruto de una sobredosis letal de calmantes, el más letal de todos ellos, el propofol.

Desde aquel día el SUEÑO de verlo de vuelta en un escenario se esfumó a pocas semanas de dar por empezada su última serie de conciertos: "This Is It". Llevadas a cabo las 50 fechas que conformaban la agenda de la misma, Londres se convertiría en la última ciudad en ver al Rey del Pop en vivo montando lo que él denominó: 'la bajada definitiva de telón'.

Fué un honor entonces que una (sino la mejor) de las performers de hoy en día, Beyoncé, le dedicase algunas palabras mediante las cuales reafirma una vez más su posición como discípula excepcional del Rey del Pop:

"Cuando apenas estaba comenzando, mi primer productor me hacía escuchar la presentación en vivo de Michael Jackson cantando "Who's Loving You". Si por el hubiera sido, me hubiera tenido viendo eso por horas, una, y otra y otra vez.

Lo que el quería que yo aprendiera era su alma. Se podía escuchar su alma. Y él no era sino aquel pequeño niño que no había experimentado el amor, pero que era como un buque. Por alguna razón, podía evocar más emoción que un adulto. Era tan maravilloso y al mismo tiempo, tan puro. Era este tipo de cosas que él hacía que era simplemente mágico. Era como un regalo divino.

Michael me enseñó que algunas veces hay que olvidar la técnica, olvidar lo que tienes muy desarrollado ya. Si te sientes tonto, tienes que dar lo mejor de tí y hacer lo posible por olvidar.

Michael Jackson me cambió, y me ayudó a convertirme en la artista que soy - Gracias Michael.

Con amor,
B"